domingo, 19 de abril de 2015

Primavera



Hay que coger renacuajos vivos, recién nacidos en primavera, lavarlos bien en agua fría del pozo y tragarlos enteros tres o cuatro días después de la menstruación. Si una mujer traga catorce renacuajos vivos el primer día y otros diez al día siguiente, no concebirá durante cinco años. Si necesita controlar la concepción durante más tiempo, puede repetir la fórmula dos veces y será estéril para siempre… Esta fórmula es buena en cuanto que es eficaz, segura y barata. Su defecto es que sólo puede usarse en primavera
Las tres hijas de Madame Liang, Pearl S. Buck 
(Círculo de Lectores, 1972) 

Reconozco que me cuesta escribir algo sobre la primavera, aunque debería llegarme la inspiración del entorno, pues empiezan los días a ser más largos, luce el sol, ya se puede salir en mangas de camisa a la calle, hay flores por todas partes... Y aún así siento que este tema sólo me lleva a hablar de tópicos: flores, amor, juventud, renacer, nuevos proyectos...

Resulta irónico, es el tema de este proyecto que más conecta con la creatividad, y con el menos creativa me siento. Pareciera que la primavera es la estación del año en la que más deberíamos conectar con la creatividad -que no es sino un proceso de regeneración, de recreación, de dar vida a nuevos proyectos- y, sin embargo, esta es esquiva a veces...

Este año uno de mis propósitos es ser más creativa, y me estoy dando cuenta de que es más una actitud, un estado de ánimo incluso, que una habilidad o una cualidad. El hacer las cosas -las que sean- con presencia, centrándote en lo que estás haciendo y disfrutando del proceso, buscando nuevas formas de hacer "lo de siempre", innovando y jugando con tus tareas, ya implican que has conectado con tu talento creativo; que siempre ha estado ahí.

A veces el pensar en "lo correcto", "la forma adecuada de hacer las cosas", "esto siempre se ha hecho así", nos lleva a olvidarnos de que podemos llegar a los mismos resultados por otros caminos, y eso cercena nuestra capacidad de crear, convirtiéndonos en replicadores de procesos, en imitadores...

Obviamente, la capacidad de discernir cuándo y en qué momento podemos ser creativos y cuándo los procesos rutinarios, los protocolos son necesarios, es también un talento a desarrollar... Pero no creyéndonos a pies juntillas dichos procesos cerrados, buscando algún hueco por el que podamos entrar a realizar las cosas ligeramente diferentes. Sin esos huecos, probablemente seguiríamos en la edad de piedra.

El ser humano es creativo en esencia, y debemos creernos que todos y cada uno de nosotros también lo somos; no pensar que los creativos son los demás porque hacen "cosas muy bonitas", o novedosas, o interesantes... Todos y cada uno de nosotros también las hacemos; muchas veces de manera inconsciente. Conectar con la creatividad es traer a la consciencia nuestra forma de "hacer", no ser automáticos, sino estar centrados en nuestro día a día; comprobaremos que nuestras opciones para ser creativos.

En eso nos diferenciamos de la primavera, que simplemente es. Nosotros, debemos estar presentes aquí y ahora para mostrar nuestra creatividad. Aunque ¿no es eso simplemente ser?

Buika, una cantante española -hija de guineoecuatorianos- que mezcla sonidos de jazz, flamenco, pop entre otros ritmos en sus composiciones, me ayuda a despedir este post. Su canción Ay de mi primavera no se centra en los tópicos de la estación, es -por el contrario- nostálgica y triste. Pero me gusta mucho cómo suena su voz, la melodía lánguida de la canción...



Esta canción está incluída en su disco Mi niña Lola (2006), que ha sido Disco de Oro y recibido varios premios (Mejor Álbum de canción española y Mejor Productor, en los Premios de la Música, 2007 y Premio de la Crítica Fonográfica alemana, 2007).

 

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